“Cuando estás en una guerra tienes que darte cuenta de que no estás allí para ayudar a la gente. Pero tienes un arma: tu cámara”. Así es como Carrasco ve su profesión y el valor de su trabajo en conflictos donde, a veces, al periodista le puede surgir la duda de qué hace exactamente metido en una situación en la que no es más que un observador. “En Siria me di cuenta de que todo lo que grabé allí era valioso porque era una prueba de crímenes contra la Humanidad”, pone como ejemplo. Y es que, para ella, es necesario sentir que su trabajo sirve para algo. Que es útil.
Aunque ahora mismo la profesión pase por muchas dudas, porque se pone en tela de juicio muchas veces su valía y por el incesante ruido mediático al que vivimos sometido, Carrasco no duda sobre el futuro de la profesión. Con el avance de las nuevas tecnologías y el acceso de las herramientas para contar historias se abre todo un mundo nuevo. “Se pueden hacer muchísimas cosas en el campo audiovisual”, augura. La profesión que Mayte tanto ama sigue teniendo un motivo.
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