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Kerman Romeo
“No me imagino el mundo del marketing sin las redes sociales”
Kerman Romeo ha sido el responsable de varias campañas publicitarias que se han hecho virales. Como la de Ruavieja o las de KFC. Sin embargo, este publicista de éxito tiene claro que nadie tiene la receta, que lo importante siempre es la forma de abordar cada campaña. “Cuando me preguntan cómo se hace una campaña viral siempre contesto lo mismo: no tengo ni idea, pero nunca será mi objetivo, será una consecuencia de un trabajo previo”.
Romeo llegó al mundo de la publicidad casi sin pretenderlo. Empezó como comentaristas deportivo y al descubrir el marketing supo que esta sería la profesión ideal para él. “El marketing se trata de sentido común. Mensajes muy complejos acabar trasladándolos en conceptos muy simples”, comenta. Y ese desafío era lo que le impulsó, siempre basándose en una clave: “No puedes perder la curiosidad”. Estar siempre atento a los cambios sociales, al latido de la calle, a las conversaciones en redes. “No me imagino el mundo del marketing sin las redes sociales”, afirma.
El mundo de la publicidad ha cambiado mucho en los últimos años. Se ha hecho más cercano al consumidor. “Las personas se están convirtiendo en marcas y las marcas están tratando de actuar como personas”, explica. “Si hay algo que se demanda a las marcas hoy es credibilidad. Y para conseguirla hay que ser honesto”. En este sentido, Romeo considera que la publicidad entendida como un simple ejercicio de exaltación del producto forma ya parte del pasado. “El tiempo de hablar de las marcas de una forma perfecta se ha terminado”, anuncia.
Ahora mismo, “en marketing se está produciendo una batalla entre datos e intuición”. Entre lo que dicen las cifras y los algoritmos que debería hacerse y lo que siente el creativo. Y Romeo pone en valor a “Kaspárov frente a Deep Blue”. Aunque no sea siempre el camino más fácil: “Para ser intuitivo tienes que asumir que vas a vivir más incómodo”. Y solo a base de probar, de aprendizaje mediante la práctica, conseguiremos un buen trabajo. Porque “el éxito no siempre se consigue a la primera”.
