Desde entonces, el mar es su entorno de trabajo. “La vida surgió del agua. Y nos planteamos si las grandes respuestas a la vida pueden estar también dentro del agua”, explica Ceballos sobre los dos principales proyectos en los que trabaja. Pero, además de intentar responder a la pregunta “¿De dónde venimos?”, la investigación oceanográfica también buscar contestar a la otra fundamental: “¿Adónde vamos”. “Los océanos tienen la capacidad de regular el clima en la Tierra”, cuenta la investigadora. De manera que entender su funcionamiento es fundamental para mitigar el cambio climático y, por lo tanto, para asegurar nuestra propia supervivencia en el planeta.
Ceballos es consciente de lo mucho que nos queda por saber: “Conocemos menos del fondo marino de lo que conocemos de la superficie de la luna”. De manera que su trabajo, y es consciente de ello, es parte de una gran cadena que tendrán que continuar otras personas como ella. También mujeres. A las niñas de hoy les envía un mensaje claro: “Os animo a que crezcáis como científicas”. El esfuerzo de todos es fundamental para conquistar esta última frontera. Porque, quién sabe, quizá la respuesta a todas esas preguntas esté mucho más cerca de lo que nunca habíamos imaginado.
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