Ingeniería aeroespacial
Javier Gómez Elvira
“En los próximos años habrá una base en la Luna”
El 16 de julio de 1969, un ser humano puso un pie sobre la superficie lunar por primera vez. Aquel evento, además de un gran paso para la humanidad, fue también un enorme despertador de vocaciones. Javier Gómez-Elvira era entonces apenas un niño, pero algo nació en él. Un deseo de participar en aquella increíble aventura de la exploración del universo. Años más tarde, cuando el Programa Viking llevó dos naves tripuladas a Marte, lo tuvo claro: “Colaborar con la NASA era mi objetivo”. Aunque también, desde aquella España en blanco y negro de los años setenta, fue consciente la dificultad de lo que se proponía. “Pensé que era absolutamente inalcanzable”.
El primer paso para conseguir su sueño era la universidad. Estudió ingeniería aeronáutica. Gómez-Elvira no quiere engañar a nadie. No fue un camino fácil. “Los primeros cursos eran muy duros”, confiesa. Y, sin embargo, aquellos años de esfuerzo fructificaron. “Era una formación muy sólida, muy multidisciplinar”. Esta formación le hizo entrar con una beca en el INTA, donde trabaja todavía hoy, desarrollando instrumentos para la exploración espacial.
Pero su gran sueño se cumpliría años más tarde. “Lo que veía de pequeño vi que se iba cumplir”, rememora. Su equipo empezó a colaborar con la NASA para la exploración en otro planeta. De pronto, se le abrió la oportunidad: “Ser el responsable de un instrumento que va a ir a Marte”. Se cerraba el círculo que empezó con la nave Viking, solo que ahora él formaba parte de aquel desafío.
“Los que acaben la carrera se van a encontrar con la exploración de la Luna”, avisa Gómez-Elvira a quienes estudien ahora ingeniería y apuesten por el sector espacial. Porque la aventura exploratoria continua. La carrera espacial está volviendo a tomar impulso. Gómez- Elvira lanza un mensaje para los jóvenes que le escuchan: “Tenéis un reto en poner un pie fuera de la Tierra”. Hacer que el sueño que comenzó aquel día de julio de 1969 continúe.