“El mundo del Derecho tiene un futuro extraordinario”

Borja Semper no era un estudiante universitario común y corriente. No puedes serlo cuando tienes que acudir a clase con dos escoltas porque estás amenazado por ETA. Y es que Semper ya era concejal del ayuntamiento de Irún en su etapa de estudiante. Esta precocidad vino fruto de haber tenido, desde siempre, una cosa muy clara: “Quería hacer algo útil. Para mí y para el entorno”.

Lo que no tuvo tan claro era qué estudiar para conseguirlo. “Yo también era un chaval que dudaba”, confiesa Semper. Pero la manera de influir, de dejar una pequeña huella en el mundo que le rodea, acabó encontrándola en el Derecho. Ayudó que viera, desde el principio, las aplicaciones directas de lo que aprendía en clase. “Por la mañana estudiaba derecho administrativo y por la tarde lo aplicaba”, rememora sobre aquellos primeros años en política como concejal de urbanismo. Aquello fue lo que le sedujo, que, más allá de la parte de memorización, de aprender y conocer las leyes, había un porcentaje muy elevado de iniciativa personal. “La carrera de Derecho tiene una parte muy importante de interpretación”, afirma. Y esa es la parte que le atrapó.